Desde hace varios años me acostumbre a una modalidad de uso del escritorio de mis computadoras un tanto particular, "minimalista" digamos.
Contrariamente a la costumbre de muchas personas, que llenan sus escritorios con íconos y carpetas conforme pasan los días de uso de la computadora, el único ícono que tengo en mi escritorio es el ícono de acceso a la partición del disco rígido (llamémoslo "Mi PC", "Facundo's HDD" o "Home", según el sistema operativo). Esto tiene una razón en particular: evitar las distracciones, causantes principales de todos mis retrasos. Un escritorio sin íconos (y sin ventanas abiertas) me permite concentrar mi atención en la tarea que estoy realizando en ese momento. Esto quizás pueda disparar ciertas preguntas en ustedes, que seguramente usan el escritorio de otra forma... veamos:
* Mi escritorio no tiene íconos de documentos. Todos los documentos están en el directorio que les corresponde, y tengo "atajos" a las carpetas más utilizadas en mi gestor de archivos (Konqueror, Finder e Internet Explorer permiten hacer esto).
* Mi escritorio no tiene íconos de aplicaciones mas utilizadas. Tampoco uso mucho el menú de inicio en Linux porque cada vez me cuesta más tiempo encontrar la aplicación que necesito en los cada vez más kilométricos menúes de aplicaciones. ¿La solución? El teclado. En Linux, ALT+F2 para ejecutar el comando correspondiente a la aplicación que quiero abrir me da resultados al instante. En Windows puede hacer algo similar con Inicio -> Ejecutar y en Mac OS X no hay una funcionalidad similar, por lo que tengo que usar Quicksilver (que en realidad puede hacer mucho más que lanzar aplicaciones con solo tipear su nombre).
* Finalmente, un escritorio vacio me da la sensación de orden y limpieza que necesito para estar muchas horas trabajando con la computadora. Es una cuestión psicológica quizás, pero el solo hecho de ver un escritorio lleno de íconos me resulta una "carga" mental que no estoy dispuesto a soportar durante varias horas, mas que nada por el tema de la distracción que mencionaba antes.
Ahora bien; ¿para que uso el escritorio entonces? Simple: es mi espacio de trabajo, como si se tratara de un escritorio de la vida real. Mientras llevo a cabo una tarea, el escritorio se convierte en el espacio de trabajo contenedor de todas las herramientas e información relacionada con la tarea que estoy llevando a cabo. Eso quiere decir que "del vacío total", puede llenarse de íconos de archivos y carpetas en cuestión de minutos. Pongo allí todo lo que está relacionado con la tarea que tengo que hacer: archivos, imágenes, recortes de texto, bookmarks, etc. De esta forma, puedo tenerlo todo "a la mano" rápidamente. Una vez que termino la tarea, todos esos íconos van a parar a la "papelera" o al directorio de documentos correspondiente, si es que los quiero preservar.
Finalmente, hay un punto "importante" que no trate, pero que seguramente habrá llegado a sus cabezas: los famosos papeles tapices. No les voy a negar que me gusta tener un lindo papel tapiz en el escritorio, y en la mayor parte del tiempo tengo uno (generalmente suelen ser paisajes, o caras de chicas lindas...nada "demasiado distractivo"). En el día a día, los papeles tapices no me molestan y hasta me animo a decir que son un descanzo para mi vista (luego de leer tanto texto y mirar tantas ventanitas). Pero a veces, cuando estoy inmerso en trabajos de composición que requieren toda mi atención, los saco y solo dejo un color liso de fondo. "Aca no hay nada, y de la nada hay que producir algo" es un poco la premisa en esos casos...
En fin, si no tienen estas costumbres... pueden probar lo que les digo y veran que con el pasar de los días se sentiran mucho más comodos usando sus computadoras. Quizás no se acostumbrarán de un día para el otro, dense tiempo... y luego me cuentan los resultados.