lunes, junio 05, 2006
Yo me quedo con GNOME
Una de las notas de tapa más exitosas de nuestra revista Linux USERS fue la llamada "Guerra de GUIs". En ella, básicamente poníamos a prueba a los entornos visuales más populares dentro del mundo Linux: KDE y GNOME. En la nota, el autor declaraba como claro ganador a KDE por su superioridad de características y flexibilidad. Pero hoy, yo me quedo con GNOME. Esta es "La reflexión del Lunes".
El fin de semana estuve con mucho tiempo libre, y me decidí a actualizar mi Debian. Baje las últimas versiones de KDE y de GNOME disponibles. A todo esto, quiero aclarar que vengo usando KDE hace muchos años, y lo conozco muy bien. A GNOME lo tenía olvidado y entonces decidí probarlo. Cuando lo inicie por primera vez, hay varias cosas que me hicieron reflexionar durante todo el fin de semana sobre si abandonar finalmente KDE y pasarme al otro bando. Y ya estoy decidido, me quedo con GNOME.
El principal inconveniente que le veo a KDE es que siempre me da la impresión de tratarse de un "bricolage" de componentes. KDE es el producto de muchos programas, desarrollados por diferentes grupos que no siempre están en comunicación entre ellos. Esto deriva principalmente en dos cosas: la primera de ellas es que cada dos por tres se me colgaba un applet o el Konqueror o cualquier otra aplicación y me aparecía el típico engranaje prendido fuego. Esta bien, eso no molesta al resto de las aplicaciones, pero me molesta a mí que no quiero que nada se cierre inesperadamente.
La segunda, es que visualmente, se nota demasiado la influencia de diferentes personas en el entorno final. Y eso me molesta tambien: falta integración entre las interfaces de las aplicaciones que hacen a KDE y entonces hay diferentes estilos de íconos en el dock, en el escritorio, diferentes nombres para la misma funcion en los programas, etc.
Finalmente, el hecho de que los componentes incluidos en la versión estándar sean tan "diversos", deriva en una baja del rendimiento que en el caso de mi equipo, que es humilde, es notable.
Por su parte, GNOME es mucho más simple. El espacio de trabajo está mucho más liberado y hay menos botones sueltos en la pantalla. Desde ya, KDE es mucho más funcional, pero el 70 porciento de las funcionalidades de KDE no las utilizo. Con lo que me ofrece GNOME me basta y sobra (en realidad no, pero más adelante abordaré ese tema).
Quizás, el hecho de que sea mucho más simple, hace que GNOME funcione más rápidamente en mi computadora tambien. Mientras KDE tarda casi 40 segundos en iniciar, GNOME lo hace solo en 15 (aproximadamente).
El componente más importante de GNOME, Nautilus es una copia casi literal del Finder de Mac, y eso me es muy cómodo. Algunos pueden sorprenderse al ver que las ventanas de exploración de archivos no tienen botones, pero a mi con el drag & Drop (que fuciona muy bien), me es más que suficiente.
La simpleza de GNOME me recuerda a los entornos visuales de los sistemas operativos de antaño como TOS de Atari y Workbench de Amiga, cuando las cosas eran mucho más simples para todos :)
Principalmente por esas razones me quedo con GNOME. En mi opinion, se trata de un entorno más "pulido" tanto visualmente como operativamente. Más simple, más práctico hace lo que tiene que hacer y nada más. KDE tiene mucho, de sobra diría y me parece que hay mucho más por pulir. De todas formas es una cuestión de filosofías operativas... ya saben: sobre gustos, hay mucho escrito pero son todas estupideces.
Finalmente, tanto KDE como GNOME me parece que están muy cerca del entorno de Windows XP (de hecho, ambos me parecen mejores) pero estan a años luz del entorno de OS X. El sistema Expose me parece uno de los inventos más geniales en cuanto a operatividad en el escritorio y no puedo vivir sin el. Pero seguramente con XGL alguien hará algo similar en Linux...