lunes, agosto 14, 2006
Gracias, Software Libre!
El Software Libre hizo que mi fin de semana de sufrimientos, haya terminado como un cuento de hadas. Esta es, "La reflexión del Lunes".
Mi papa tiene una Thinkpad 390 que utiliza para brindar cursos y seminarios. El equipo tiene Windows 98 y, debo admitir que nunca tuvo problemas, hasta que me pidió que le compre una placa WiFi. Averiguando por Internet, encontre un modelo de D-Link muy económico, y en el sitio se anunciaba que es compatible con Windows 98.
El jueves pasado por la tarde fui a comprarla. La inserto en la ranura PCMCIA, instalo los drivers para Windows, reinicio y nada. Cuando intento abrir la aplicación de configuración WiFi que provee el fabricante, todo el sistema se pone más lento, hasta el punto de volverse totalmente inusable.
Empiezo a averiguar en Internet, y me encuentro con que mucha gente tiene el mismo problema, que solucionaron actualizando Windows 98 a XP, lo cual en mi caso no era opción, por la simple razón de que el equipo tiene sólo 128MB de RAM. En toda esta investigación perdí practicamente todo el Viernes.
"Es la hora de Linux" dije. Antes le consulté a mi papa si estaba de acuerdo (en su desktop usa Mac OS X) y me dió el OK para que le dé para adelante. Comienzo por Mandriva 2006, y sinceramente no pude ni siquiera iniciar el sistema de instalación. "Vamos a por SuSE" me dije, el sistema de instalación comienza, pero me indica que el equipo es muy humilde, y me persuade de abandonar la instalación si quiero continuar con mi salud intacta. Así pase todo el Sabado, probando y probando. Finalmente, el Domingo me decidí por Ubuntu y descargue la imagen ISO.
La instalación duró unas tres horas, y para las 01:00hs de hoy Lunes, tenía Linux corriendo. ¡Y grata fué mi sorpresa al descubrir que Ubuntu había detectado y configurado automáticamente la placa WiFi sin siquiera pedirme el nombre de la red! Realmente me sorprendió mucho, y no me pude contener de ir con la Notebook a donde estaba mi papa y decirle "Mirá, funcionó sin siquiera instalar el driver. Ves que el Windows es una mierda!".
En fin, el Software Libre salvó mi vida una vez más, y salvó la vida de esa pobre máquina que ahora tiene mucho tiempo más de vida útil. Ojo, la instalación de Ubuntu dista de ser agradable (mi viejo a cada rato venía a verme y decía "¡eso no lo instala cualquiera!", mientras me veía configurar repositorios para instalar el plugin de Flash) pero bueno, lo importante es que está en camino.
¿Y ustedes amigos? ¿Tienen historias similares en las cuales el Software Libre fué la única opción para solucionar un problema?