lunes, septiembre 11, 2006

Hay un mundo alla afuera...


A horas de haber regresado de mi viaje por Entre Rios, es bastante dificil no dejar de pensar en algunas cosas que me llamaron mucho la atención, y me parece sumamente interesante compartirla con ustedes. Esta es "La Reflexión del Lunes".

Les voy a ser sincero, si fuera por mi me la pasaría viajando. Conocer lugares y dar charlas sobre Software Libre me parece una de las cosas más lindas que me dió la vida. Pero, lamentablemente, se me hace muy dificil encontrar el tiempo necesario para llevar a cabo esta tarea. Aún así, de cuando en cuando me armo de tiempo y acepto alguna que otra propuesta, para cumplir con mi obligación social y al mismo tiempo satisfacer "ese gustito" que les comentaba.

La Charla en Chajarí fué todo un éxito. Mas de cien personas nos aguantaron, tanto a Ariel como a mí, durante más de tres horas hablandoles sobre el Software Libre, Linux y que se yo cuantas otras cosas. Admito que no esperaba tanta gente, y cuando ví que a medida que pasaban los minutos caía mas y más gente al baile, más contento me ponía.

Y entonces, mientras disertaba, me acordaba de una reflexión que vino a mi cabeza varias veces. En el interior, las cosas son diferentes. Muy diferentes. Lo primero que uno nota cuando llega a pueblos y ciudades del interior es que la gente vive más relajada, y al mismo tiempo, se los vé felices. Mi única explicación a esto es que allí hay menos distracciones que en la gran ciudad. Y con "distracciones", me refiero a estupideces que se entrometen en nuestra cotidianeidad y no nos permiten prestar la atención que se merecen las pequeñas cosas de la vida. Son personas ordenadas, con "un tiempo para cada cosa" y además, son sumamente cordiales. Todos me saludaron con la mano firme y una sonrisa en la cara. El trato siempre fué con respeto y palabras de admiración, cosa que me halaga mucho, pero no me infla.

Si hubieramos organizado esta charla evangelizadora en la Capital Federal bajo el mismo modelo (libre y gratuita, para todo aquel que quiera iniciarse en el mundo de GNU/Linux). Estoy seguro de que no hubieran asistido más de 30 personas (y acá hablo desde la experiencia). Sin embargo, el año pasado estuve por Morteros (un pequeño pueblito en Cordoba) y asistieron a la misma charla 100 personas. Lo mismo sucedió en Chajarí hace apenas dos días.

¿Que explicación le puedo dar a este fenómeno? Y... no hay que ser muy inteligente para darse cuenta que en el interior, hay más "hambre de información" que en la Capital Federal. La gente nos escuchaba atenta, como si no supieran de que estabamos hablando, pero con inmenso interés por aprender más. Y no hablo solamente de Linux y de Software Libre. En algún momento se me escapo el bocadillo de que soy productor musical y apenas terminó la charla se acercaron varias personas a preguntarme sobre mi actividad, mis herramientas de trabajo, mi experiencia. Y que útil se siente uno cuando brinda información a personas tan interesadas...

Cuando al finalizar, hice mi tradicional fundamentación de que el modelo del Software Libre funciona gracias a colaboraciones de gente desinteresada porque está sustentado sobre una base "pasional" (el programador de Software Libre es como el Músico que toca por monedas en el subte, no lo hace por dinero, lo hace por pasión) la audiencia irrumpió en aplausos que juro jamás olvidaré en mi vida. Y de alguna manera, fueron un "cachetazo" que me dijo "Facundo, esto es lo que tenés que seguir haciendo...".


No se programar... pero se hablar y se escribir. Y como me siento en deuda con la comunidad del Software Libre por todo lo que nos dá a todos, mi mejor manera de contribuir es con estas charlas evangelizadoras; que estoy seguro que habrán permitido que más de uno se acerque al mundo del Software Libre.

Gracias a Ariel por acompañarme, gracias Lucio y Hernán por habernos llevado. Gracias a la Feria del Libro de Chajarí por el homenaje que nos hicieron. Y gracias a la gente que estuvo allí: la pasamos muy pero muy bien.