viernes, septiembre 12, 2008
Como encontrarle el gustito a Facebook
Bueno, hace algunos meses yo comentaba en el semanario que iba a darle una oportunidad a Facebook, la nueva "gran revolución" de las redes sociales. Y así lo hice, me cree un usuario, comencé a completar mi perfil, subí algunas fotos medias bizarras... en fín, hice mi tarea para ver si el sistema me devolvía algo de todo lo que yo le estaba dando.
Lo cierto es que se, por comentarios de ustedes, que muchos siguieron mis pasos y rápidamente pasé de tener cero amigos, a unas cuantas decenas. "Ahora se va a poner divertido" pensé. Pero las semanas pasaron, y no le encontraba una utilidad "práctica" a este sistema. No se... lo veía aburrido, no lo entendía... hasta que algo comenzó a ocurrir.
Empiezo a descubrir el tema de los grupos de interés. Y, haciendo un poco de investigación para The Kyoto Connection, encuentro en los grupos una forma "simple" de llegar a mucha gente. El secreto de los grupos es fomentar la participación: colaborar con enlaces, imagenes, videos, wall posts. Allí hice un poco de difusión del proyecto musical que estoy montando, y rápidamente mucha gente "nos conoció". Facebook comenzaba a tomar otro color para mí.
Entonces cierta mañana me pregunto "existirá un grupo de gente que haya ido a la misma escuela primaria que yo fuí?". Busco, y encuentro! Y había más de 300 miembros en ese grupo. Sucede que, en cuestión de horas, me "reencuentro" virtualmente con dos de mis mejores amigos, y varios compañeros que jamás creí volverme a cruzar (algunos estan viejos y pelados, otros se mantienen mejor).
Facebook ya me empezaba a resultar divertido, puesto que entre mensajes, fotos y comentarios de status, estabamos todos "al tanto" de lo que hacian los demás... y eso está bueno, sobre todo con personas que uno aprecia o quiere.
Para finalizar, Facebook me sirvió para hacer negocios. Logré obtener contactos de personas que jamás podría haber ubicado por Google (o por el sitio web corporativo de la compañía, por ejemplo). Y, si las cosas salen bien, pronto podré comentarles que tipo de contactos ;)
En fin, lo que este tiempo me enseñó es que a Facebook hay que ponerle un poco de voluntad en encontrarle la utilidad. El secreto de que nos escuchen es, primero, participar; hacerse oir. Acostumbrarse a esta herramienta es cuestión de semanas (o meses, para mi). Pero una vez que está en marcha, se puede decir que resulta imprescindible; al menos para personas como yo que dependen mucho de la conectividad para llevar a cabo sus emprendimientos.