lunes, junio 01, 2009

De la búsqueda a la predicción

Los estudiosos del comportamiento humano saben interpretar muy bien las señales de cómo nos sentimos, incluso antes de que lo sepamos nosotros mismos. Nuestra insatisfacción laboral, nuestra felicidad o la falta de ella, nuestra predisposición a consumir tales o cuales productos para complacer nuestros antojos pasajeros y la necesidad de viajar para escapar de la rutina que nos asfixia puede ser predicha por la ciencia pero históricamente siempre ha habido un gran problema: la falta de datos suficientes debido a la infinidad de variables que deben manejarse para un diagnóstico acertado. Por otro lado los buscadores saben todo sobre nosotros, en especial si utilizamos la totalidad los servicios que nos brindan. No sólo conocen nuestra actividad virtual sino también nuestras actividades civiles ya que las listas de invitados a una reunión se encuentran en la red, los participantes del último torneo y sus posiciones finales en el campeonato son publicados en la página del club y nuestros contactos en las redes sociales se encargarán de etiquetarnos en todo lo que nosotros quisimos omitir.

Si la ciencia es capaz de predecir el comportamiento humano cuando tiene datos suficientes y todo lo que hemos hecho y hacemos está en la red esperando a ser accesado por los motores de búsqueda : ¿Cuanto tardarán en aparecer servicios en los que se ofrezca predicción sobre nuestros hábitos y acciones? ¿Es la violación 2.0 de la privacidad? Cuando estas herramientas se perfeccionen ya no sólo se podrá saber todo sobre nuestras acciones pasadas y presentes sino también sobre nuestro comportamiento futuro y en consecuencia ofrecernos servicios y productos antes de que nos hayamos dado cuenta que tenemos ganas de consumirlos.

Mi primer reacción, como la de muchas de las personas con quienes lo he comentado, fue de escándalo, indignación y miedo; pero luego de meditarlo un poco me di cuenta de que no tiene por qué ser negativo, al menos en su totalidad. Después de todo mis antojos pasajeros terminarán siendo satisfechos de una u otra forma y si la tecnología va a permitirme comprar el objeto que satisfaga mis deseos de la mejor manera bienvenida sea pues me ha ahorrado comprar algo que nunca quise para ofrecerme algo que sí deseo. Por supuesto que la misma tecnología podría utilizarse para vendernos espejitos de colores o para hacernos creer que lo que necesitamos para relajarnos no es cambiar nuestros hábitos laborales sino un viaje en el último crucero de lujo. Tal vez haya demasiada ingenuidad de mi parte, pero no creo que lleguemos a extremos perjudiciales más allá de la total pérdida de la privacidad, pero en tiempos de facebook y twitter poco es lo que queda sin revelar sobre nuestras vidas.

¿Uds que opinan? ¿Será buena o mala la llegada masiva de los “Algoritmos de predicción del comportamiento humano”?

Peter Smile