lunes, diciembre 30, 2013

Balance 2013

Supongamos que te doy un frasco de tinta china y te pido que lo estroles violentamente contra una pared.

Luego te doy lápiz y papel y te pido que escribas un ensayo sobre la forma impresa. ¿El resultado? Un texto que sí se lo damos a leer a alguien que no haya visto la forma, jamás lograría que se la imagine. ¡No alcanzarían las palabras para describir tan compleja explosión de tinta!

La mancha es el 2013. El texto son nuestros intentos de hacer balances del año. ¿Me explico? Es casi una empresa perdida.

Sin embargo, el ejercicio mismo de recordar lo mejor y lo peor del año, como para definir la vara del que sigue, puede ser muy entretenido para el alma y para la mente; siempre y cuando seamos conscientes de que estamos recordando las principales aristas de la mancha, y que la forma del todo es infinitamente más compleja. En este contexto, cualquier conclusión es relativa. Sí el balance te da mal, sabé que es relativo. Y sí te da bien, también :)

Porque como en tantas otras cosas, a la hora de hacer el balance, el ejercicio es más importante que el resultado. Y tomarte un ratito en soledad para conectarte con los sentidos y "reflexionar sobre lo que pasó" es un plan que te merecés, más allá de toda conclusión (que insisto, será relativa).

La vida no tiene "un sentido", es una explosión de sentidos en infinitas direcciones. Y cada uno de nosotros tiene el poder de elegir a cual de esas direcciones le hacemos foco. Ser consciente de eso es estar despierto. ¡Tenelo en cuenta para hacer tu balance 2013, y tus planes proyectos para el 2014!

¡Feliz año nuevo!