lunes, diciembre 30, 2013

Balance 2013

Supongamos que te doy un frasco de tinta china y te pido que lo estroles violentamente contra una pared.

Luego te doy lápiz y papel y te pido que escribas un ensayo sobre la forma impresa. ¿El resultado? Un texto que sí se lo damos a leer a alguien que no haya visto la forma, jamás lograría que se la imagine. ¡No alcanzarían las palabras para describir tan compleja explosión de tinta!

La mancha es el 2013. El texto son nuestros intentos de hacer balances del año. ¿Me explico? Es casi una empresa perdida.

Sin embargo, el ejercicio mismo de recordar lo mejor y lo peor del año, como para definir la vara del que sigue, puede ser muy entretenido para el alma y para la mente; siempre y cuando seamos conscientes de que estamos recordando las principales aristas de la mancha, y que la forma del todo es infinitamente más compleja. En este contexto, cualquier conclusión es relativa. Sí el balance te da mal, sabé que es relativo. Y sí te da bien, también :)

Porque como en tantas otras cosas, a la hora de hacer el balance, el ejercicio es más importante que el resultado. Y tomarte un ratito en soledad para conectarte con los sentidos y "reflexionar sobre lo que pasó" es un plan que te merecés, más allá de toda conclusión (que insisto, será relativa).

La vida no tiene "un sentido", es una explosión de sentidos en infinitas direcciones. Y cada uno de nosotros tiene el poder de elegir a cual de esas direcciones le hacemos foco. Ser consciente de eso es estar despierto. ¡Tenelo en cuenta para hacer tu balance 2013, y tus planes proyectos para el 2014!

¡Feliz año nuevo!


viernes, junio 21, 2013

¿Cuál es el sentido de la vida?


A medida que pasa el tiempo, voy conociendo gente. Gente que la pasa bien, gente que parece vivir en "modo automático" sin emociones ni sobresaltos… y gente que la pasa mal, y muy mal. Y se que todos, en algún momento se preguntaron ¿Cuál es el sentido de todo esto? ¿Para qué tanto esfuerzo? ¿Por que a mi? ¿Cuál es el sentido de la vida? Bueno, permítanme decirles que creo que es ésta pregunta una de las trampas mas difíciles de sortear que nos imponemos los seres humanos. Y digo "los seres humanos", porque estoy seguro que una flor, un perro, un árbol o una hormiga jamás se preguntan "cuál es el sentido" de sus vidas. Somos los únicos seres vivos que cada cinco pensamientos, metemos uno en el que nos preguntamos "¿está bien esto?". Y hay que aprender a vivir con ello.

Ok, se las voy a hacer sencilla. Lo fundamental es comprender que la vida no tiene sentido. Si, leyeron bien, no tiene algo así como "un sentido". Y entender eso es el primer paso hacia lo que quieras que necesites alcanzar, o superar.

El problema es que tendemos a interpretar todo en términos lineales. Partiendo desde el tiempo mismo, que avanza como un tren en un carril infinito, siempre hacia adelante. El pasado está sufrido o pisado, y la esperanza está siempre "adelante", en el futuro. Nos educamos aprendiendo de los errores de ayer, y proyectando un futuro prometedor. Y es natural que tendamos a pensar así, porque pareciera ser que todo tiene un comienzo y un final… es lógico que queramos tender una recta entre ambos momentos para sentirnos que estamos "agarrados a algo". Sin embargo, el único momento que existe es éste, y el tiempo es un recurso inventado por la mente humana. Sencillamente solo existe en nuestra imaginación. Por eso, si hacemos el ejercicio de romper estas estructuras en las que queremos ver todo nuestro mundo… ¿sigue existiendo "el sentido"?

No, "el sentido" es también una construcción mental. En realidad la vida no sucede en un único sentido, no va "siempre hacia adelante", sino que sucede en infinidad de sentidos, siempre en el momento presente. En lugar de imaginarnos como un muñequito colgados de una línea de tiempo, intentemos visualizarnos como el efecto de una piedra al ser arrojada al agua. ¿Genera una linea? No, genera infinidad de lineas en forma de círculos hacia todas las direcciones. Nosotros no somos ni la piedra, ni el agua. Somos el efecto mismo. "-Pero… ¡un momento! ¡mi familia, mi pasión, mi carrera son lo que le dan sentido a mi vida!"- pueden estar pensando en este momento. Bueno, me atrevo a señalar que es un pensamiento equivocado… o al menos, no hace mérito a la realidad. Esas cosas no le dan sentido. Esas cosas son tu vida misma, ¡no te separes de ellas viéndolas como piedra y agua!. Vos y "lo que le da sentido a tu vida" son parte de un mismo suceder, una misma "explosión". ¡Son tu vida!

Por eso, la próxima vez que las cosas te hagan pensar "¿cuál es el sentido de mi vida?" Acordate de éstas palabras. No caigas en la trampa. Tu vida no tiene sentido. Asumilo. Tu vida es una bomba que está explotando ahora "en cámara lenta", y la intensidad de esa explosión está en tus propias manos. Vos decidís cuan fuerte querés explotar.

"Cambia tu forma de ver las cosas, y las cosas cambiarán". Wayne Dyer

miércoles, mayo 08, 2013

"Salir de la trampa"


Solo tengo treinta años, pero fueron suficientes para haberme dado cuenta de que el sistema nos está robando nuestra sensibilidad y nuestra capacidad de ser. Por eso, encuentro estas palabras de Terence McKenna sumamente inspiradoras:

"Tenemos dejar de consumir nuestra cultura. Tenemos que crear cultura. No veas más televisión, no leas revistas, ni siquiera escuches NPR (una radio). Crea tu propio show. El nexo de espacio y tiempo donde vos estas ahora es el sector más inmediato de tu universo. Y si te estás preocupando por Michael Jackson, o Bill Clinton, o cualquier otro, entonces estás perdiendo tu poder, dando todo lo que tienes a los iconos. Iconos que son mantenidos por los medios electrónicos para que te hagan querer vestirte como X o tener los labios como Y. Ese tipo de pensamiento es mierda en tu cabeza. Eso es todo diversion cultural, y lo que es real sos vos y tus amigos y tus lazos, tus logros, tus orgasmos, tus esperanzas, tus planes, y tus miedos. Y se nos dice que no valemos nada, que somos periféricos. Que tenés que obtener un título, conseguir un trabajo, obtener esto, obtener aquello, y es así como te convertís en un jugador de un partido que ni siquiera querías jugar. Tenés que recuperar tu mente y sacarla de las manos de los ingenieros culturales que quieren convertirte en un estúpido consumidor de toda esta basura que está siendo fabricada de los huesos de un mundo moribundo."

Terence McKenna.

lunes, marzo 18, 2013

Vive solo en la zona de evacuación de Fukushima

Naoto Matsumura es el único habitante que queda en Tomioka, una ciudad afectada por la catástrofe del tsunami de 2011, que sacudió las plantas nucleares de Fukushima. Allí ya no queda nadie, todos fueron evacuados. Pero él se quedó para cuidar de los animales que allí viven, y ahora tiene los niveles de radiación más altos que se hayan medido en un ser humano. Su historia es realmente conmovedora, y vale la pena cada uno de los dieciocho minutos del documental que pueden ver a continuación, subtitulado al español.

miércoles, marzo 13, 2013

Zen: Karate para la mente



Karate-do significa "el camino de la mano vacía", porque básicamente es una disciplina marcial que se basa en la defensa ante un ataque sin ningún tipo de arma. Para ésto, el Karate se apoya en una estrategia fundamental y milenaria, que quizás encuentra sus orígenes en el Taoismo, y que consiste en utilizar el menor esfuerzo posible. De hecho, la mayor parte de las técnicas Karate están  "ideadas" para reutilizar la fuerza del oponente contra si mismo.

Hacer el menor esfuerzo posible significa desarrollar un estado de naturalidad especial, en el cual los sentidos están calmos, pero listos para actuar en cualquier momento. A ésta altura, se imaginarán que es más una cuestión de estado mental que un entrenamiento físico. Un buen Karateca de 50 Kilos puede derribar a un mastodonte de dos metros con solo un movimiento.

En este sentido, el Karate-do es muy similar a otra disciplina oriental denominada Zen, que es menos física, y en la cual me interesé hace muchos años (aunque nunca me haya tomado la molestia de estudiarla en serio). No voy a ni siquiera intentar definir "qué es el Zen", porque estaría faltandole respeto a la gente que si sabe algo del tema, pero he leído algunos libros, visto algunos documentales, y descubrí sus valores por medio de algunas prácticas, que creo que puedo explicar en palabras sencillas, y estoy convencido que pueden ser aplicados a cualquier actividad cotidiana.

Gran parte del meollo del Zen consiste en hacer el menor esfuerzo posible, dejándose llevar por el flujo de lo que sucede, y reutilizar la fuerza que nos rodea a nuestro favor.

Digamos que es una especie de "Karate para la mente", que apareció hace unos cientos de años como una disciplina que buscaba aliviar los oponentes psicológicos como el sufrimiento, el miedo y la ansiedad, entre otros. Como si fuera una especie de "arte marcial mental" que inventaron los chinos; el Zen es una disciplina que por medio de ejercicios y meditación, busca liberar a la mente de la dinámica alocada de estar constantemente viajando en el tiempo, lamentándose por el ayer y preocupándose por el mañana, ignorando metódicamente el ahora.

¿Les suena esto último no? Seguramente. Viajar en el tiempo es una de las acciones que mejor sabe hacer nuestra mente. Está diseñada para la supervivencia, y el escáner mental se encarga automáticamente de lamentar el ayer, y buscar amenazas en el futuro próximo. ¿Cómo llego con el sueldo a fin de mes? ¿Y qué pasa si me va mal en el exámen? ¿Que pensarán de mi si hago un papelón? Son pensamientos constantes que nos hacen viajar en el tiempo, imaginándonos siempre el camino más trágico, y haciéndonos pensar coartadas para sobrevivir a esas situaciones. Lo cierto es que, mal o bien, las cosas siempre se resuelven de un modo u otro, ustedes y yo estamos acá, y todo el exceso de energía que ponemos en preocuparnos por el futuro (o lamentar el pasado, que en definitiva no existe) bien podríamos invertirlo en lo que estamos haciendo ahora, no solo para disfrutarlo, sino para hacerlo mejor.

Todo esto suena muy atractivo, pero es un verdadero desafío para la mente occidental. Estamos diseñados para vivir en un mundo de disfuncionalidad cerebral, y sabemos que los hábitos mentales no se borran jamás (se reprograman pero solo con esfuerzo y fuerza de voluntad).

Aún así, creo que el esfuerzo vale la pena. Creo que cualquiera que se jacte de llevar a cabo cualquier tipo de actividad creativa/generativa (esto es, todos nosotros), debe leer algo sobre Zen. Artistas, científicos, programadores, deportistas, etc. van a encontrar en el Zen pequeñas herramientas para ayudar a limpiar la mente de la conversación basura, y desarrollar un estado fino de concentración y entrega hacia lo que sea que esten haciendo.

Les dejo tres técnicas Zen para reordenar la mente, y empezar a desarrollar nuestro sentido del "aquí y ahora":

1. Adoptar el hábito de estar concientes cada vez que un pensamiento "pequeño" se nos cruza. Preocupación, miedo y ansiedad son solo ilusiones mentales que nos pueden llevar a grandes catástrofes en la vida real. Cada vez que aparezcan, podemos pensar "ops, ahí viene el oponente". Y dejarlo ser, recibir su golpe con la consciencia de saber que es solo una ilusión. Esta especie de semáforo es el antídoto principal para detener la conversación estúpida que sucede dentro nuestro a cada momento. Una vez que "revelamos el truco" podemos usar la mente de forma mucho más funcional para reaccionar ante los sucesos de la vida.

2. Meditar. 20 minutos por día. Sentarse en una posición cómoda, contar de 100 a 1 respirando desde el abdomen, y siendo muy conscientes de todo lo que sucede: el pasar del aire por nuestro cuerpo, los sonidos que nos rodean, las imágenes que nos tira la mente, todo. Es una excelente forma de experimentar el aquí y ahora.

3. Cualquiera sea la actividad a la que quieren aplicar Zen, háganlo con todo el corazón, sin distracciones, con toda la concentración que su ser pueda aplicar en ese momento. Puede ser una gran obra de arte, o la preparación del desayuno de mañana; el resultado va a ser una experiencia mucho más satisfactoria. Pero debe ser hecha a fuerza de voluntad.

Si quieren empezar, les puedo recomendar los libros de Alan Watts, los de D.T Suzuki, y los varios documentales que hay en Youtube. Si les interesa, les adelanto que no es un camino de rosas, y ni siquiera promete un destino de iluminación, pero la experiencia de transitarlo es definitivamente de sumo valor.

martes, febrero 19, 2013

La ilusión del ego virtual


Hace algunos días hablaba con algunos amigos sobre como quedó atrás la era de los floggers, y ahora la de los "twitstars" (estrellas de Twitter). Personajes virtuales que en su momento llegaron a gozar de un reconocimiento y una popularidad notable, que probablemente les haya hecho creer que el resto de su vida sería más facil, y evidentemente no resultó siendo tan así.

Y pensando sobre eso, llegué a la conclusión de que los nuevos medios digitales son el camino para el desarrollo de un nivel mas de ego, en este caso virtual y que en algunos casos, puede ser muy diferente al "real", a esa personita que tenemos en la cabeza mirando por los ojos, escuchando por nuestros oídos y monitoreando/criticando constamente lo que hacemos y lo que hace el mundo que nos rodea. Mucha gente construye a traves de las redes sociales, blogs y otros medios digitales, una imagen de si misma que dista mucho de la realidad de esa persona. Generalmente, son versiones "mejoradas" del yo, que son posibles gracias a que la exposición de la persona real en Internet es mucho menor a la exposición en el mundo real, por lo cual la sensación de peligro es infinitamente menor. Mucha gente se anima a decir cosas en Twitter, que jamás se animaría a decirlas en persona.

Un problema de la ilusión, es que podemos empezar a creer que nuestra vida virtual es como una película en la cual nosotros nuestro ego virtual es el protagonista, y todos nuestros amigos/seguidores/suscriptores son televidentes ansiosos por ver el próximo capítulo de nuestra historia. Lo que la ilusión no tiene en cuenta es que probablemente el resto de las personas que nos sigue también vive la misma ilusión, y quizás piense que su propia película personal sea más interesante que la tuya. ¿Nunca tuvieron la sensación de que nadie lee un carajo de lo que escriben en sus blogs, en Facebook o en Twitter? Bueno, probablemente la sensación sea real.

Otro problema de la ilusión del ego virtual es cuando se interpone en nuestras actividades en el mundo real. Almorzar con un amigo y estar constantemente mirando el celular chequeando las redes es prestarle más atención al ego virtual que a la experiencia misma. Ir a un recital de música y acalambrarse los brasos por estar alzando un telefono celular en modo filmación, o asistir a un evento cualquiera y estar constantemente twitteando lo que sucede ahí es otra forma de poner demasiada energía en el ego virtual. "Uy que bueno todo el mundo está mirando que yo estoy pasandola genial". Nah, nadie está mirando. Y si está mirando, no lo valora como vos crees que lo valoran. Lo peligroso de esto, es que nos perdemos la experiencia de saborear los estímulos del mundo real, con todos nuestros sentidos. Nos perdemos la experiencia de vivir la vida real misma.

Hagan el siguiente experimento. Mañana por la mañana, en lugar de desayunar leyendo Flipboard, recorriendo Facebook o leyendo los Twits de la noche anterior, simplemente desayunen desayunando. Pongan su atención en la preparación del desayuno y en el momento de saborear cada bocado. Van a sentir que la experiencia es mucho más intensa y placentera. Este sencillo ejercicio, es posible llevarlo a todos los planos de la vida. Cuando tengas que hacer algo, simplemente hacelo. Tu ego virtual probablemente sea una gran distracción que te puede llegar a estar limitando gran parte de las experiencias de tu vida.

Usar los medios digitales para conversar y dar a conocer nuestras opiniones con moderación es lo recomendable. Cuando el medio digital se convierte en tu entorno natural, corrés el riesgo de sentir que podés crear una versión mejorada de vos mismo allí, en el Facebook. Y cuando eso sucede, dividis tu persona en un plano más. Y una persona dividida en si misma dificilmente llegue a estar en armonía con su experiencia de vida real.

domingo, diciembre 30, 2012

"La vida es una danza de patrones"

Un poco de inspiración para arrancar el 2013 con otro punto de vista.


Desde el punto del "ego", tu organismo es una clase de vehículo en la que vos andás de acá para allá por la vida. Pero desde el punto de vista físico, tu organismo es un patrón de actividad constante, de movimiento, en el universo completo. Y allí donde mires, hay un patrón activo.

Por ejemplo, si vemos una mesa, podemos preguntarnos "¿Está hecha de madera, o de aluminio?". Pero, entonces, cuando nos preguntamos "¿es eso madera o aluminio?" Lo único que un científico nos puede decir es como es la estructura molecular de esos materiales, en definitiva, como son sus patrones; cual su "movimiento" molecular. Y una estructura molecular no es una descripción de como que está hecho ese material. Es una descripción de que "danza" está sucediendo en ese material. Que movimientos, que clase de sinfonía ejecuta.

Porque básicamente, todos los fenómenos de la vida son musicales. Y el oro se diferencia de la madera, en exactamente la misma forma en que el Vals se diferencia de la Polka. Es una danza diferente.

Y así es como podés llegar a darte cuenta de que tu existencia no es solo la de una pequeña criatura sin esperanza que se enfrenta a una gigantesca estructura que le azota y se la come… Cada pequeña cosa que existe, cada pequeña fruta o mosca, cada bacteria es una danza sobre la cual el universo completo depende. Y así como cada pequeño organismo danzante depende del gran entorno danzante, el reverso es también cierto. El gran entorno depende de cada pequeño organismo. Entonces podemos decir que el Universo consiste en un arreglo de patrones danzantes, en el que cada evento es esencialmente el todo.

Ahora, tendemos a olvidarnos de esa idea en nuestra consciencias, como tendemos a quitarle importancia a la percepción del espacio en nuestra realidad. Así como prestamos atención a las figuras, y nos olvidamos de su fondo, lo que hay atrás de ellas - que es en definitiva lo que nos permite identificarlas de otros objetos. Tenemos una forma de ver las cosas, en las cual el organismo es muy frágil… porque solo vemos el individuo, pero no estamos atentos a su entorno.

Y el entorno es como la foto en un diario. Funciona porque está compuesto por muchos puntos pequeños. Cuando lo mirás de lejos, ves la cara. Cuando te acercas, ves que todo está arreglado en puntitos de diversos tamaños, espaciados entre sí. En el que lo grande depende de lo pequeño y lo pequeño de lo grande. Así que cada vez que veas algo, intenta cambiar tu punto de vista. Intenta poner tu atención a todas las cosas que pensaste que no eran importante. Al fondo. A los espacios. Al entorno. Y empezá a mirar el espacio entre las personas.

Vas a descubrir algo maravilloso: Lo mismo sucede con la música: Es solo por el intervalo entre tonos, los silencios que hay entre ellos, que podemos escuchar una melodía. 

Sin los intervalos, todas las notas son iguales, no escuchamos ninguna melodía. Necesitamos escuchar lo vació para poder apreciar la música. Entonces, la vida es una danza de patrones. El universo completo es musical. Y si queréis apreciarla y disfrutarla preguntate… ¿Cuales son los intervalos entre la gente? ¿Los espacios? ¿Lo no dicho? ¿Lo que es tácito? ¿Lo que es implícito en lugar de explícito? Ahí empezás a conectarte con la música del universo…

-- Alan Watts (traducción libre)