La noticia del fin de semana parece haber sido la de Andres Calamaro Cancelando su Cuenta de Twitter (que tenía más de 100.000 seguidores) alegando que estaba harto de las críticas. "Qué perdida de tiempo escribir para hijos de Homero Simpson... tolerar resentimiento, conceptos infantiles” escribió Calamaro en su blog, en medio de una larga nota de fundamentos para abandonar la red.
Y, lamentablemente, Calamaro es víctima de su propia ingenuidad (o un simple despechado que intenta esconder su incapacidad de tratar con la crítica); pero sus fundamentos son incorrectos. Voy a ser didactico:
Cuando una persona arriba en una ciudad en busca de una nueva vida, o nuevas oportunidades laborales, generalmente no solo tiene que encontrar un lugar para vivir, un lugar para comprar su comida y un lugar conocer gente; sino que además tiene que hacer que la ciudad le de lo que necesita. Cada persona vive una realidad totalmente diferente con la sociedad, cada persona construye su entorno y en base a sus actitudes, su forma de comunicarse, su ética y sus cualidades interpersonales, experimenta una mejor o peor relación con la sociedad.
En las redes sociales digitales sucede absolutamente lo mismo. Tu mundo de Twitter o Facebook seguramente es totalmente diferente al mío, y totalmente diferente al del resto de las personas. Tu timeline es la cosecha de lo que vos sembraste en la red. ¿Recibis amigos y buena onda? Seguramente sos una inspiración para sacar lo mejor de los demás. ¿Recibis discordia? Probablemente no hayas hecho mucho para evitarlo. Criticar a la red social y generalizar a las personas que participan en ella es la salida más facil para esconder tu incapacidad de haber hecho que "la ciudad te de lo que necesita".
Los que conocen mi línea de pensamiento con respecto a la tecnología, saben que tiendo a sacarla de la ecuación cuando se trata de resolver un problema que incluye variables humanas. Twitter, Facebook, Internet, son simples herramientas. Todo lo que pasa a traves de ellas, es responsabilidad total y absoluta de cada uno de nosotros.
