martes, febrero 19, 2013

La ilusión del ego virtual


Hace algunos días hablaba con algunos amigos sobre como quedó atrás la era de los floggers, y ahora la de los "twitstars" (estrellas de Twitter). Personajes virtuales que en su momento llegaron a gozar de un reconocimiento y una popularidad notable, que probablemente les haya hecho creer que el resto de su vida sería más facil, y evidentemente no resultó siendo tan así.

Y pensando sobre eso, llegué a la conclusión de que los nuevos medios digitales son el camino para el desarrollo de un nivel mas de ego, en este caso virtual y que en algunos casos, puede ser muy diferente al "real", a esa personita que tenemos en la cabeza mirando por los ojos, escuchando por nuestros oídos y monitoreando/criticando constamente lo que hacemos y lo que hace el mundo que nos rodea. Mucha gente construye a traves de las redes sociales, blogs y otros medios digitales, una imagen de si misma que dista mucho de la realidad de esa persona. Generalmente, son versiones "mejoradas" del yo, que son posibles gracias a que la exposición de la persona real en Internet es mucho menor a la exposición en el mundo real, por lo cual la sensación de peligro es infinitamente menor. Mucha gente se anima a decir cosas en Twitter, que jamás se animaría a decirlas en persona.

Un problema de la ilusión, es que podemos empezar a creer que nuestra vida virtual es como una película en la cual nosotros nuestro ego virtual es el protagonista, y todos nuestros amigos/seguidores/suscriptores son televidentes ansiosos por ver el próximo capítulo de nuestra historia. Lo que la ilusión no tiene en cuenta es que probablemente el resto de las personas que nos sigue también vive la misma ilusión, y quizás piense que su propia película personal sea más interesante que la tuya. ¿Nunca tuvieron la sensación de que nadie lee un carajo de lo que escriben en sus blogs, en Facebook o en Twitter? Bueno, probablemente la sensación sea real.

Otro problema de la ilusión del ego virtual es cuando se interpone en nuestras actividades en el mundo real. Almorzar con un amigo y estar constantemente mirando el celular chequeando las redes es prestarle más atención al ego virtual que a la experiencia misma. Ir a un recital de música y acalambrarse los brasos por estar alzando un telefono celular en modo filmación, o asistir a un evento cualquiera y estar constantemente twitteando lo que sucede ahí es otra forma de poner demasiada energía en el ego virtual. "Uy que bueno todo el mundo está mirando que yo estoy pasandola genial". Nah, nadie está mirando. Y si está mirando, no lo valora como vos crees que lo valoran. Lo peligroso de esto, es que nos perdemos la experiencia de saborear los estímulos del mundo real, con todos nuestros sentidos. Nos perdemos la experiencia de vivir la vida real misma.

Hagan el siguiente experimento. Mañana por la mañana, en lugar de desayunar leyendo Flipboard, recorriendo Facebook o leyendo los Twits de la noche anterior, simplemente desayunen desayunando. Pongan su atención en la preparación del desayuno y en el momento de saborear cada bocado. Van a sentir que la experiencia es mucho más intensa y placentera. Este sencillo ejercicio, es posible llevarlo a todos los planos de la vida. Cuando tengas que hacer algo, simplemente hacelo. Tu ego virtual probablemente sea una gran distracción que te puede llegar a estar limitando gran parte de las experiencias de tu vida.

Usar los medios digitales para conversar y dar a conocer nuestras opiniones con moderación es lo recomendable. Cuando el medio digital se convierte en tu entorno natural, corrés el riesgo de sentir que podés crear una versión mejorada de vos mismo allí, en el Facebook. Y cuando eso sucede, dividis tu persona en un plano más. Y una persona dividida en si misma dificilmente llegue a estar en armonía con su experiencia de vida real.