jueves, octubre 15, 2009

¿Brecha digital? Bahhh...

Esta mañana leía la noticia de que en Finlandia, a partir de junio de 2010, el acceso a internet a través de banda ancha (ADSL) va a transformarse en un derecho fundamental para toda la población. Sí, para todos los habitantes del país nórdico. Al mismo tiempo que leía, no podía dejar de sonreír y de sentir un poco de envidia (de la buena, ojo). Esto significa que, en teoría, el gobierno y las empresas proveedoras van a tener que asegurar las políticas de inversión necesarias para que cualquier localidad del país pueda contar con una conectividad a internet de, como mínimo, 1 Mbps. Y la meta es alcanzar los 100 Mbps para el 2015. ¿Se imaginan eso? Todo un país conectado a, digamos para empezar, 1 Mbps. En Japón existen zonas en las que ya pueden disfrutar de 50 Mbps. Pero en este caso estaríamos hablando de asegurarle por lo menos 1 Mbps a todos los pobladores de un país sea donde sea que estos habiten.

Creo que 1 Mbps es una muy buena velocidad para el usuario promedio. Se pueden utilizar cómodamente casi todos los servicios disponibles en internet: desde las aplicaciones más básicas como la world wide web, el e-mail y la mensajería; hasta las comunicaciones VoIP, el streaming de audio a una calidad decente y el streaming de video a una calidad aceptable en forma bastante fluida.

Obviamente, si nos ponemos a comparar la superficie que ocupa Finlandia en el mapa con la de, por ejemplo, nuestra querida Argentina, está de más decir que ni siquiera se puede empezar a hacer analogías. Supongo que debe ser mucho más fácil, accesible y realizable asegurar la conexión para todos los habitantes de un país mucho menos extenso que el nuestro. Pero, más allá de esto, creo que lo importante, lo que merece ser destacado es la apertura de mente y la actitud para llegar a comprender que el acceso a internet y a la información a través de este medio es un derecho fundamental que no se le puede negar a nadie.

Más allá de las extensiones geográficas y teniendo en cuenta los pasos que se están dando en nuestro país en cuanto a inversión y renovación de redes de datos, políticas que pretenden amordazar internet y aplicación de impuestazos y aranceles desmedidos e injustificados a los productos y bienes electrónicos, creo que estamos recorriendo una dirección totalmente opuesta.

Tengo que reconocer que escribo todo esto con un poco (bastante) de despecho, ya que hace un par de años que estoy limitado a una conexión sub-ADSL por vivir en una localidad cercana a una gran ciudad, pero que no está en una zona en la que Telecom, uno de los proveedores de telefonía y datos más grandes en el mundo y uno de los pocos disponibles en la Argentina, considere que es necesario invertir en infraestructura para mejorar el acceso a internet.